sábado, 26 de marzo de 2011

Depende

Fácil es sumar dos más dos, cantar el abecedario, el Padre Nuestro (para los que mamaron aquella prisión o catequesis); resolver las integrales impropias como si vinieran de fábrica (tras presentarse varias veces al examen); o calcular el precio de mercado (oferta igual a demanda, ¿no?). Sencillo es saber como se saca un elefante del agua y cómo se pinta un cuadrado con tan solo tres rayas. Está demasiado asequible la fecha en que Cristóbal Colón llegó a las supuestas Indias, o la de la primera constitución española. No caben dudas sobre la persona exacta que se vota en las elecciones generales, ¿verdad?, ni ¿cuáles son los objetivos del partido al que votas? pregunta tonta, ¿eh?. Podríamos decir: lo evidente por evidente no deja de ser importante pero, ¿existe evidencia tan absoluta que no precise cerciorarse antes de considerarla como tal?

Fácil, en realidad, es cualquier problema, una vez se conoce y/o se estudia. Una vez descubierto y controlado, lo tortuoso se hace cómodo o simple y esto se torna relajante, entretenido, básico...hasta útil.


Difícil es aprender a sumar, multiplicar, y entender las propiedades de dichas operaciones (más de un dolor de cabeza dio la propiedad distributiva o el famoso saca factor común, sí, costó) cuando no tenías en mente más que hacer superman con el babi, no resultaba tarea fácil exprimir el intelecto; es una paliza memorizarse la constitución o la norma novena del Plan General Contable para intentar cantarla después; es difícil dar el paso cuando eso implica una potencial disminución de reputación "machote"; fue complicado conseguir nadar o montar en bicicleta hasta que le echabas ganas y a base de intentarlo una y otra vez, salía, sale (actividades que la mayoría domina y, por ello, se infravalora, por olvido o falta de empatía, lo que costó aprehenderlas); indestructibles fueron las Matemáticas Financieras hasta que cayeron, e intimidantes siguen siendo Contabilidad de Costes y Ampliación de Contabilidad, porque aún no las has tratado...

...porque no las has tratado. No las has superado porque no las has afrontado, condición necesaria. Y si ya las hubieras memorizado, entendido y trabajado, ya las habrías leído al principio de esta entrada porque ya no supondría dificultad alguna.



El sabor de adquirir una nueva destreza, supuestamente complicada, es...inefable.



Abandonar siempre es una opción, pero esto ya entraría en el párrafo de las cuestiones fáciles.

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