sábado, 22 de diciembre de 2012

Bien, bueno, bonito

Como si hubiera recargado la munición de la paciencia.
Como si este coche ya estuviera agotando la última reserva y, tras seis años de espera: tanque lleno.

Renaciendo o resucitando, ¿qué más da?

I'm happy

jueves, 13 de diciembre de 2012

Success

Tanta ausencia de éxito que cuando aparece cambia el color de lo visible, pierde fuerza lo invisible, las ideas se visten de estreno, y los problemas son mero entretenimiento. La vida se llena de sentido y te vuelves capaz de seguir adelante sin tanta incertidumbre.
Es un contraste muy rígido. Una conspiración.
Siempre deambulando en la penumbra hasta que aparece. Lo cambia todo de una manera tan drástica que pronto pierde fuelle y se deshace, como agua entre las manos.
Las personas de éxito no exhiben sus éxitos, ni siquiera aparentan estar más contentos. Algunas veces me imagino cómo digieren éstos sus esfuerzos finalmente bien compensados. ¿Lo hacen conscientemente, por voluntad propia? "El error sería confiarme, esto me ha supuesto menos de mi cien por cien. Debo seguir superándome. Sé que puedo hacerlo".
Tengo, muy a mi pesar, mi prejuicio al respecto.

¿Debería yo optar por esa manera supuestamente modesta de vida? Pues si la vida es una lucha, un camino que se debe andar hasta el final, en que uno se propone objetivos y plazos, y conseguirlos implica avanzar en dicho camino, ¿no es lo más normal del mundo tener éxito? Por ello, a las personas de éxito les sumo otro éxito más, y es que ellos son sabios con la normal manera de vivir siempre imbatibles caminando por sus ambiciones sin tropiezos que los desvíen de su rumbo.

Tenéis una pasta muy valiosa, y quiero humildemente aprehender de vosotros. Tan solo aquellas pautas básicas que me permitan llevar los retos de forma más tranquila, más equilibrada.

Pero aquellos que no lo hacen de forma natural y que deciden aparentar esa robustez sin realmente creer en lo que supone, por no poseerla, a los que se les nota descaradamente su esnombismo, su presuntuosa frivolidad y, en muchas ocasiones, su despotismo y desprecio a los demás (a los que llaman mediocres), vosotros para mí, sois la mierda más deshonesta y falsa, los creadores del elitismo, los nuevos séquitos del fascismo oculto tras el telón de vuestra (y no me cansaré de repetir) presunta grandeza.

Porque no hay nada más mediocre que la historia de la humanidad. Apúntense ésta antes de decir si es también esto aplicable a mí, lo cual es evidente: la historia está ahí, ignores cuanto quieras ignorar, la felicidad que vendes es falsa y a fe que tras unos años de lectura tal vez asumieras una posición un poco más tolerante con los que consideras raros, pesimistas, o perjudiciales para tu influencia social.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Equilibrio entre autocrítica y autoestima —también ¿no?—


Las personas necesitamos de las personas la justa proporción que hace de esa necesidad algo recíproco. Cuidando encontrar el equilibrio.
Que se nos llena la boca con semejante palabreja.

Equilibrado física y anímicamente.
Equilibrio de mercado.
Equilibrio entre vicios y virtudes.
Equilibrio de poderes.
Equilibrio de buenos y malos momentos.
Equilibrio de buenos y malos presagios.
Equilibrio entre bondad y malicia.
Equilibrio entre lo dulce y lo salado.
Equilibrio entre lo agradable y lo amargo.
Equilibrio de honestidad y picardía.
Equilibrio entre sexo puro y amor abstracto.


Equilibrio... Moderación en los placeres y/o autodestrucción de la propia vida.
¿Es perfecto el equilibrio?

martes, 30 de octubre de 2012

¿Huir? —Cerrar capítulos, simplemente.

El plástico se dilata con el calor y con el frío se contrae.

Cuando estás alegre, cariñoso y cálido es como si también pudieras dilatar, como si contigo crecieran los demás.
¿Pero cómo desprender sonrisas durmiendo bajo un techo de penuria y llantos?
Hora tras hora, día tras día, año tras año... ¿Ignorar el tedio y derrumbe patente en estas cuatro paredes?
Y llegar a ser lo fuerte que la vida exija... ¿A cualquier precio?
Creo con más seguridad que ayer, que esta espiral no dejará de embrutecerme hasta consiga emanciparme. Los vínculos familiares son tan fuertes que pueden convertirse en una pesada carga para lanzarnos a volar. Más ahora, en la vida actual que los tuyos te lo dan todo ¿Todo? Con suerte.


¿Suerte?

sábado, 27 de octubre de 2012

Canción realista


¿Y temer el qué dirán una vez más? Creo que podré soportarlo. Ni la lluvia, ni el frío ni nadie me aislará del mundo en contra de mi voluntad.

De esto está hecho el tejido de la mente. De esto que puedo describir y explicar errando con plena ignorancia.

Aunque en cuanto a la mente que a mí me gobierna, puedo decir que desde que entré en la universidad, tiene una tendencia clara hacia la decadencia. Entendida ésta como (y basándome en una idea original del artista Juaninacka, quien publicó una entrada con dicho título en su antiguo blog) una forma de constatar el fin del ser auténtico, de las necesidades realmente necesarias y, como Juaninacka escribía: "¿Dónde empieza la decadencia? Donde termina la supervivencia".
Supongo que por eso cuando en este blog escribo me creo que contra ella lucho. Para terminar reconociendo esto mismo: en esto hemos convertido el concepto natural de vivir, llevando la vida con tanta renovación continua hacia el enfoque conceptual de los tres pilares del marketing (generadores de dinero en forma masiva): necesidad, consumo y satisfacción o (a fin de cuentas) felicidad, que nos aprisionan voluntaria o involuntariamente.
Sin olvidar, en absoluto, a aquellas almas robustas y geniales que viven con un grado de verdad más que admirable y lo consiguen llevar a la práctica como algo natural. Éstas nunca serán pobres.


¿Luchar contra el pesimismo con altas dosis de optimismo?
Y el ganador de mi voto es para: el realismo (referido a lo que yo entiendo por ello: la visión más cierta y cruel de la realidad).
La inocencia con que me muevo quizás se deteriore más despacio que la del resto de mi generación, a pesar de que apenas me aporte virtud sino pasividad.
Es fácil observar que desde que entras a formar parte de la población activa, nos bañamos en una realidad que necesitamos sea lo más sólida posible, para evitar se tambalee y nos haga perder nuestra seguridad y decisión serena, tan preciadas por nuestros jefes. O más bien se nos vende, casi se nos obliga a comprar dicha verdad. Esto nos hace parte de la cruel espiral realista del mundo: todos somos necesarios, pero nadie es imprescindible. En la medida que te lo planteas de manera crítica al respecto, podríamos decir que oscilamos entre lo que nos gustaría hacer y lo que debemos hacer, lo cual nos condena a la realidad presente o status quo. Ésto, pienso que es así porque en ese desequilibrio que padecemos al reflexionar sobre ello, generamos inseguridad en nosotros mismos, la cual se contagia, aunque no creo que sea esa la principal razón por la que se alejan quienes la perciben. Una vez aceptado que la inseguridad echa abajo tu quehacer, basta con aplicarlo al sistema laboral vigente, con sus peculiaridades, pero prácticamente similar en occidente. Por tanto, es un sistema que quiere un modelo de trabajador estándar. En el trabajo puedes optar por ser siempre como eres o por interpretar un papel. Como en la vida, nada nuevo.
Y la previsión de futuro augura un mundo más globalizado aún: pronto occidente equivaldrá a oriente. Esa es la enhorabuena que el capitalismo regala a las culturas diferentes, y no como el antiguo socialismo totalitario, que homogeneizaba de manera obligatoria a su población. El capitalismo es como los ingleses: irónico por naturaleza.
Sin embargo, sí que es una situación en la que cabe dudar si realmente es así como se debe vivir para alcanzar el deseado bienestar, o si aún podríamos ambicionar e incluso crear la situación que nos plazca.

Pensad que es más curioso de lo que parece, porque cuando se es por costumbre una persona insegura en aquellos aspectos en los que socialmente puedes observar que menos lo toleran, se entra en dejar de ser tú mismo para aprender a ser un modelo típico de persona que no da problemas y rinde sin hacer demasiadas preguntas.
Las marionetas, para según qué función, las elige quien las maneja y las mueve fieles a un movimiento que, nacido en un ente, llamemos omnipotente, llega al muñeco como si éste fuera el que decidiese moverse. Y el público, por aburrimiento (o entretenimiento), acepta que es la marioneta la que se mueve, aunque sin estar totalmente seguro de quién, sabe que alguien lo dirige y, precisamente esto último, es lo que menos se cuestiona, lo que más importa. Lo que se termina valorando es que entretenga dicha función y sea fiel al guión.

Y mientras releo lo escrito, me acuerdo de las medidas que toma el gobierno de mi país acompasado de las tendencias económicas que recomienda la Unión Europea mediante sus instituciones de poder y me permito dudar si son ésas y no otras, las únicas medidas posibles a acatar por parte de los Estados Hundidos por la nefasta gestión económico-financiera. El paneuropeísmo está bien cuando te lo figuras a largo plazo. Aunque leyendo a diario la prensa salmón, me da a mí que pierde atractivo a pasos agigantados. Y es el mismo dilema: ¿es esto a lo que me tengo que resignar?
Cada día que pasa, parece que todo es más improbable que cambie a mejor evitando pisar más de un cuello y forzar al suicidio a más de uno, como etapa previa al periodo de bienestar.



Porque, le pese a quien le pese, la Economía es cíclica.



domingo, 14 de octubre de 2012

Bien, ¿y tú?

Tenía, como siempre, una prisa anormal y mientras tres o cuatro canas iban apareciendo en su cabellera, con las manos en los bolsillos y en dirección a ninguna parte, pensaba en su futuro.
Nunca había pisado con tanta seguridad. Pero, ¿y esa frialdad?

El jodido veranillo de San Miguel ponía un calor otoñal suficiente como para hacer sudar a cualquier Usain Bolt a semejantes velocidades por este desierto. Desierto carente de sentido.
Resultaba curioso, porque su cuerpo en movimiento no generaba sino frío. FRÍO. La frialdad del asesino que obliga a un niño a matar a su padre, para formar parte de un clan. La frialdad del niño que presenció como asesinaban a su familia, y ahora los problemas cotidianos de sus vecinos le parecen más que un cúmulo de mierdas aburridas en las que no invertir más tiempo que el que realmente precisan, cómo si fuera necesario que ocurriera una desgracia traumática para saber qué es realmente importante.

Puedes mirar a los ojos de la gente para comprobar qué clase de niño lleva adentro. Ojo, si hay sonrisa: alto margen de error. Miradas que, como las palabras que decimos, siempre dicen una parte de toda la verdad.

No sabía a dónde, mas halló por qué.

Como el que disfruta de leer libros sin obtener una recompensa pecuniaria ni de ningún otro tipo. Vio algunas imágenes en su mente que se sostenían a duras penas, ¿creer en ellas? ahora menos que ayer.

Una lástima. Tras otra. Empezó a gustar el ver que aunque intentase evitarlo, cambiaba, variaba sus principios, invertía sus raíces tradicionales y, en general, hacía lo que le daba la real gana con ellas. Generaba posibilidades infinitas para las infinitas ideas, y no se preocupaba con demasiada antelación de qué hacer si una le gustase y lo conquistara definitivamente.
Lo definitivo. Lo absoluto. Qué bien suena, joder. Pero en qué especie de cierramentes convierte a los devotos de ambos conceptos.
Ellos lucharán por que nadie cambie sus ideas. Él, con el mismo valor pero opuesto, en su extremo caótico, también ejercerá su derecho como dictador de ideas variables por época, por tacto y por sabor.

Y, puesto que vive, seguirá existiendo. Sea frío, con melosa rabia... sea como fuere.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Etapa receptiva, o de "vigilancia"

La historia es simple. Y las percepciones complejas.
El estar a gusto en la vida en cuanto a uno mismo y con el resto, con tus problemas y tus éxitos, resulta un compendio casi indescriptible teóricamente hablando.
Un conjunto de impulsos de tu entorno social, te informan de que lo que hiciste, haces o deseas hacer es bueno o es malo.
Lo bueno y lo malo. La moral y la ética. Tu tabla de valores que compones de tu experiencia en la vida desde tus ideales hasta desvirgarlos cuando ves lo que realmente da resultado práctico en el día a día. Y lo cierto es que los valores varían según tus circunstancias del momento.
Es una putada. Y odio esa flexibilidad teñida de falsedad y gestos bienqueda obligados. Pero hay que pisar con cuidado. Hoy en día son muchos los que luchan por salir a cuchillo de esa piedra medio saliente con la que tropezarás seguro.
Voy a leer un poco. A veces odio escribir aquí. Es como un ejercicio de autoconsuelo, y lo peor es que es público.
¿Qué cojones os importarán estas palabrerías?
Os doy información. Y la información es poder. Poder que vosotros guardaríais con sumo aprecio. Para no dar oportunidad a nadie de que use dicho as en vuestra contra.

Y esto resume todo: lo único realmente importante en la vida, es que sólo tú sientas que sigues tu jodido camino. Ese camino que nadie será capaz de decirte que es el adecuado, según su punto de vista personal y diferente del tuyo, e irrelevante, por consiguiente. Sientes rabia (o todo lo que tú quieras) mientras avanzas hacia delante por las dificultades, y por esas voces colaterales, pero tampoco hay que volverse loco jodiendo o rechazando a diestro y siniestro. En la vida uno conoce personas que le son, a parte de interesantes por su aporte de influencia, simplemente necesarias y a las que siempre deberás guardarle un respeto profundo y amplio en gratitud.

Además, antes de que nacieras, algunos de ellos ya estaban. Y gracias a éstos, estás. En el caso cerrado de los consanguíneos, es una filosofía muy clara y fría: podrás pensar lo que te dé la gana, pero siempre seguirás unido a ellos por esas raíces que corren por tus venas. Algunas veces nos creemos que nuestra mente proporciona una razón indestructible, y en realidad a lo que nos lleva es a hacer el gilipollas con suma habilidad.
No necesitas más explicaciones. La gratitud no cuesta nada. Y el orgullo cuesta infinidad de mierdas y discusiones banales. Las cosas cambian cuando tú elijas que así se sucedan. Muy importante esto, sí señor. Se ha de tomar la decisión serena y comprometida de que las cosas vayan bien para poder, así, empeñarse de la mejor manera posible para que todo circule alrededor de los objetivos que nos hemos propuesto. No es cosa fácil siempre en todo lograrlo con impecable trazo, pero es vital que en tu conciencia haya un mínimo ápice de que has estado empleandote en ello, evitando así caer en una actitud victimista.
Y lo que tienes, o estimas injusto porque deberías tenerlo, es lo que te has buscado tú solito.

Pararse tranquilo, en frío, pensar, recapacitar, y buscar el reequilibrio al estado de individuo consciente y proactivo, en la vida misma. No hablo de trabajo, que me parece mucho más complejo, por lo que pudiera parecer una venta (o no) de modales y estados de ánimo por dinero, así pues.

jueves, 28 de junio de 2012

Flor y nata

Existe luz en esta infinita letanía. Y progreso.
Existe mi potencial. Y mi suerte.
Existe mi felicidad. Mi tristeza también está viva, y no en constante omisión.

Estamos todos y yo que pensaba que mi interior se había quedado hueco y vacío de coherencia.


La juventud.

domingo, 17 de junio de 2012

Percepción y conciencia

Ser escarabajo y no querer dejar de serlo. Empujando esa bola de estiércol, sin temor ni temblor, como si viniera en la propia naturaleza de ser, y siempre tuviera que ser de la misma manera. ¿Aceptar el destino?
Tener las manos endebles y temer se caiga la tostada por el lado de la mantequilla, como sabes que ocurrirá.
Estar seguro de que se está hastiado, y no querer arremeter con el cambio de frente, sino corriendo en círculos cerrados.
Buenos años son estos, para pensar que mandarlo todo a tomar viento será la solución más efectiva. También la menos eficiente, y más radical. Los extremos no son buenos, hijo.
Pero la mente teme, la mente miente. De una conclusión tan decrépita como la del manifiesto verbal de que nuestro locus de control es externo, y no interno, no cabe esperar más que contradicciones. Y no, no me lo pondría tan fácil, porque yo soy el eje, el volante y el cerebro que decide a qué dirección ir.
Jodido pero contento.
Pues bien.



Mea culpa.

jueves, 23 de febrero de 2012

Lección básica

Hoy puedo abrir los ojos y disfrutar de lo que veo. Porque ayer lo intentaba y me costaba disfrutarlo, pero -joder- estaba feliz con un trabajo. Sí que lo fui. Sin embargo, sabía que no podría echar raíces allí...qué coño, ¿realmente lo supe? Creo que lo supuse. En definitiva, creo que poco a poco lo fui descubriendo. El enchufismo es comprensible, y hasta natural, me pese cuanto me pese.
Creí firmemente en esa suposición, fundada por la experiencia, por supuesto. Y todavía ahora mismo, habiendo superado el abismo de la nada, echo de menos ese levantarme con el motivo moral de hacer algo, que luego hay que trabajar y todo se sabe, si no, se inventa, porque una cosa es lo que es y otra cosa es lo que aparenta.

Ahora trabajo pero a mi gusto y a mi antojo. Es por eso que ya no tengo sueldo. Tengo techo, intimidad, higiene, alimentación, electricidad, gas y descanso. Mis obligaciones las impongo únicamente yo...y cómo no, quien me abastece, llámese Estado, familia o devenir de cualquier ser humano. Tiene buen sabor la anarquía cuando no te chocas con el muro de ¿quién me puntúa lo que hago, por qué, cómo y dónde lo hago? -Vuelvo a ser lo que mientras trabajaba decía aún seguir siendo, habiendo dejado de demostrarlo: Estudiante.

Por ello, anteriormente dije que era feliz con el trabajo. Por crudo que sea estar comprometido a un trabajo -sea el que sea- ese dinero rápidamente se rodea de valores mágicos para enriquecer esas ideas emancipadoras de la edad. Emanciparse, libertad...sí, todo lo aparentemente bueno tiene su lado triste. Pues un trabajo si no es de contrato indefinido, es un trabajo hasta que se demuestra lo contrario, llegado el momento de renovación.

Lecciones: disfrute no implica necesariamente felicidad. Que ahora madrugue menos no me hace nada feliz, sino disfrutar más que antes del sueño. El disfrute es algo efímero y falso, en mi caso, puesto que viene en el pack de vivir con los consanguíneos directos, y no del sudor de mi frente. Ahora creo que me motivo más para formarme mejor, y así poder optar por un trabajo mejor, con una seguridad mayor, que me permita -por fin- alcanzar la independencia, libertad y el nacimiento del potencial creador de caminos desde su propio esfuerzo, pero desde el de nadie más.

Y la crisis me comerá los colindrones.
o bien,
Y dejaré de comerle los colindrones a la crisis.