martes, 3 de mayo de 2011

Nada especial

Ese tipo de insignificancias como que no cancelas tus planes a pesar de estar cayendo una lluvia colateral llevada por un viento desatado. Sí, esa lluvia que invierte paraguas y que llena la calzada de riachuelos por los que, como mínimo, un coche, al sobrepasarlos, veloz, cerca de la acera por la que discurres, te regala un simpático chapuzón. Gajes del oficio para un peatón sin carnet ni coche que conducir con el que aislarte del exterior mientras te desplazas.

Pues sí, lo piensas y está bien. Habituados al buen tiempo y a la comodidad (que causa la costumbre del mismo), hoy es un día sin ningún suceso importante hasta que te paras a analizarlo y das con que quizás no le hayas visto esa relevancia que realmente sí ha tenido.

La debilidad se alimenta de dejadez y conformismo. Pero lo siento, amiga Bohemia, tenía que salir de casa. Y un día gris, triste, frío e incómodo como me lo ha parecido, no ha podido con mi voluntad.



Stand up!

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