martes, 12 de octubre de 2010

Interés + Información = Decisión acertada

"Te dicen que eres libre, que tienes poder,
pero en verdad es mentira, una ilusion más que perder.
Te dicen: lábrate un futuro, no es complicado.
Pero no cuentan historias de borrachos arruinados;
que la suerte no castiga al que se esmera -dicen-

FP o carrera, pero nada de la mierda que te espera..." (A partir minuto 4)

La etapa transitoria que va de la adolescencia hasta la juventud es la que experimenta el creciente número de estudiantes que abarca aproximadamente desde finales de la ESO y comienzos de bachiller hasta principios de carrera o módulo. Su perfil general gira en torno a una inseguridad exorbitante procedente de los rápidos y bruscos cambios que se precipitan en sus cuerpos y vidas durante dicho periodo de tiempo.

Es cierto que no todos responden de igual manera a lo anterior, ya sea porque maduran antes, entre otros factores. Como el caso de algunos hijos de profesores o padres con iniciativa, pues les resultará mucho más fácil recibir un asesoramiento orientativo sobre las posibilidades y salidas de esta o aquella opción. Sin embargo, muchos de aquellos otros inseguros estudiantes carentes de esa guía ideal urgen en silencio una orientación seria, personal y correcta, lo más objetiva posible, para encauzar sus ideas y sueños con el estudio teórico general en los posteriores años del bachiller, sea en un módulo de grado superior o carrera universitaria.

La dificultad de que dicha atención personalizada esté al alcance de todos los estudiantes es un muro que atravesar si queremos un éxito mayor para los que se aventuran a los estudios superiores. Otra dificultad es que muchas veces son ellos quienes rechazan, por ignorancia, por falta de motivación o de interés, esta base fundamental a la hora de elegir su futuro próximo. Para combatir esto último, por ejemplo, valdría insistir con fervor, especialmente sobre los alumnos de cuarto de ESO y segundo de bachiller, en la importancia que tendrá el camino de futuro a seguir. Algunos, poco atraídos por el sentido esencial del estudio y la enseñanza, u otros con dificultades económicas para permitirse el "lujo", eligen trabajar tras la ESO, otros prefieren el módulo de grado medio y, por último, otros realizarán bachiller, los cuales todos tendrán que haber decidido para cuando lo terminen si trabajarán directamente, accederán a formación profesional o a la universidad.

Una opción posible con la que hacerles ver la realidad podría ser la de mostrar casos reales sobre personas que tras una decisión u otra distinta de tal calibre obtuvieron qué resultados y consecuencias en sus vidas así como su opinión actual sobre aquello que decidieron, y por ello, hoy les es motivo de opresión y arrepentimiento o les ha hecho sentirse más felices y orgullosos. Los alumnos se pondrían en el lugar de los afectados con mayor facilidad y sentirían en su propia piel la seriedad del asunto. Así, con esta motivación inicial, se interesarían con mayor tesón y, probablemente, hasta saldría de ellos mismos buscar la información necesaria para tomar una alternativa u otra. Cosa que se suele dar por hecha, cuando muchos de éstos antes se pierden en el mar de información en exceso que hay y no saben cual es la realmente útil en su caso, se bloquean y eligen la opción más fácil y cómoda: abandonar.

Pero la realidad es distinta. Consideremos los estudiantes de bachiller que tienen claro el querer cursar estudios universitarios, primer paso hacia la cumbre de la formación continua. Éstos todavía no han averiguado qué carrera se adapta a sus necesidades y muchos de ellos seguirán sin saberlo al finalizar los dos años. Las consecuencias de ello se traducen en el rendimiento de los mismos que, ofuscados, con dificultad para concentrarse y falta de ideas claras por estudiar algo cuya corriente no sabes donde te llevará influye en la obtención de mejores notas lo que les ocasionará problemas a la hora de elegir la carrera y, peor aún, para ser aceptados en ella.

La que actualmente está en fase de extinción: Ciencias Empresariales, ha sido y es una diplomatura que la Universidad de Almería ha ofertado con una positiva e importante reputación social para tratarse de una "simple" diplomatura y que cada año consigue un nuevo récord de matriculados. Lo triste de todo ello es que una razón por la que se da este fenómeno es la baja nota que se exige para entrar. De las más bajas. Por eso, se corren frases como "Empresariales es el cajón desastre de la Universidad", y no con poco fundamento. Numerosos estudiantes que acabaron cayendo en esta carrera al terminar Selectividad con una media baja y tras elegir sus preferencias de estudio y después ser rechazados en las opciones que más deseaban, fueron aceptados en dicho "cajón". La tasa de fracaso es bastante elevada y según pasa el tiempo, se sigue considerando como una diplomatura temida, cuando Empresariales no en todas las universidades de España ha sido así. Otras razones pueden encontrarse en la conocida ociosidad de los jóvenes, la inestabilidad emocional de la edad, la irresponsabilidad o, simplemente, porque se trata de personas que no supieron como centrar sus fuerzas en la consecución del verdadero objetivo por el que hubieran podido luchar de haber conocido de antemano y no haber ignorado la repercusión que tenía el estar informado a tiempo de todas las opciones en formación que se ofertaban y lo necesario para llegar hasta ellas.

A favor de todos los jóvenes alumnos que han terminado entrando a una carrera que desde un principio no consideraron como la que mejor se adaptaba a sus pretensiones de futuro, por los motivos que fueran, rompo una lanza. La frustración de una persona que ha entrado en una carrera que no era sino lo último que desearía, así como el peso de la consciencia y la constante lucha contra uno mismo, no pueden desembocar más que en una inmensa dificultad en su consecución, sobre todo para los más obcecados; un gasto de casi mil euros de matrícula que miles de estudiantes podrían ahorrarse si se hubiera asesorado con detenimiento a dichos afectados, porque tomar una decisión equivocada de este calibre cuesta muy caro. Pérdida de un año, posiblemente mejor aprovechado por este tipo de personas indecisas en un módulo de grado superior que además es infinitamente más económico y práctico. Además, la sucesión de tantas situaciones tensas y presiones pueden acabar produciendo consecuencias a nivel anímico como depresiones.

No juguemos con el cuidado y atención hacia la educación pública, hacia la formación profesional, ni hacia la universitaria. ¿Acaso hemos olvidado que el capital humano/intelectual es la mayor riqueza potencial del país? No mimemos tan solo a los agraciados a los que todo les marcha sin problemas. Atendamos a todos por igual, en la medida de lo posible, sin dejar de luchar por acercarnos a la mayor equidad. Preocupémonos más por los que necesitan ese empujoncito de motivación extra para seguir la senda universitaria. Será una inversión segura. El nuevo plan de estudios (Bolonia), con su instauración en España de los grados, tiene serios desafíos a que enfrentarse y promete muchas mejoras respecto al anterior sistema de enseñanza universitario.

La esperanza es lo último que se pierde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario