viernes, 4 de junio de 2010

Out

Piensa bien lo que escribes. Qué escribes, cómo y por/para qué/quién. Cuida tu letra. La rima. La métrica. Los versos o renglones. Las estrofas o los párrafos. Cómo y dónde lo escribes o tecleas. Si el café sabe más amargo de lo normal, pero aún lo salva un ápice de dulzor, es buena señal. Una lástima si nunca llevas tu pluma encima. Ni tu libreta auxiliar. Los puntos, las comas. Te mirarían ¿Eh? En última instancia, hasta te etiquetarán de loco. Los guiones y los puntos y aparte. Te harán sentir mejor. Pero si coges bien la copa, la sangre del que algunos iluminados llaman Dios sabrá mejor. El tipo de letra Georgia siempre que puedas. En la acera de baldosas bicolor pisa una sí, otra no, dos no si son pequeñas. Bajo la mesa, tus nerviosas manos acarician los padrastros. Cuántos suicidios temporales aguantarás más ¿Los necesitarás mucho más? Volar de esta patria y nacer de nuevo. Nunca, nunca será demasiado tarde. Jamás. Y aquellos pensamientos infinitamente curiosos filtrándose...no es su momento aún. Etapas receptivas. "Las cosas o las haces bien o no las hagas", ¿Lograrás deshacerte de ella algún día? Después de Interrogación no se añade punto puesto que el mismo signo lo incorpora y, así, en su inicio siempre con mayúscula. Las palabras posteriores a la cuestión también. Los sombreros, si son de copa, también. Abre la ventana que te soplen mil almas en tu recuerdo mientras te duermes sobre su almohada y, soñando con aquel Titán en cólera, caes en la cuenta que es tu traicionera vista la que impide percibas más allá de lo visible. Cuando hagas algo en grupo advierte que cada miembro debe cooperar e interactuar de una forma elegida democráticamente. Si deciden tirarse por el barranco, no lo dudes. El individuo se adapta al grupo y nunca al revés. El Sr. Krutch no es tan patético como Russell decía. Tal vez sí. El humo de la chica de al lado no es del tabaco sino del miedo a morir sin antes elegir cómo. Su pose es, cuanto menos, interesante, y no como su aliento. Dile al Presi, al Cura, a tu maestra y a tu padre (el férreo dictador), hasta díselo a tus amigos, que te abracen y dejen de balbucear y enorgullecerse de que conocen y son más queridos por tantos amigos y amigas, por sus logros y sus buenas gestiones (nunca interesadas). Tienes razón, a ti sí te abrazan, a tantos. A cuántos no. Olvídalo todo y dale un abrazo. No expliques nada. Mañana esto no habrá pasado. Por eso, huid a ver cuerpos celestes y después la aurora y vuelve a abrazarle. El cariño no tiene recuerdo ¿O sí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario